Contrapunteo de los refranes

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INTRO:

   

Adilia

               

Aaay         laila lai, laralai lailai larai    

           

laralai lailai larai    

                                     

No vive quien me disguste / si con mi canto no puede,

                              

ni matorral que me enrede /   ni cantador que me asuste.  

                                

Lo que de mí no te guste / dímelo dando la cara;

                                  

oiga mi voz de agua clara, Loyola /   sobre tu canta reseca:  

                                    

Perro que come manteca, ay mete la lengua en tapara.  

Loyola

 Aay    

                           

Mete la lengua en tapara /   para esconder la fatiga,  

                                   

por cantador no me obliga / si con usté me compara;

                                   

si ese cañón no dispara, Adilia /   será que nunca lo aceita,  

                                  

no piense que me deleita / con ese verso tan malo:

                             

ni morrocoy sube palo, ni cachicamo se afeita.

Adilia

Aaay

A cachicamo no imploro / ni mi cantar arrodillo

yo he visto muchos novillos / que se las echan de toro;

frente a mi golpe sonoro / mírenlo como se apura,

si coge tierra tan dura / no se me quede cansado

porque con burro amarrado, tengo la leña segura.

   

   

Loyola

Aaaay

Tiene la leña segura..../ por eso es que miro cómo

de tanto doblar el lomo / le duele ya la cintura;

yo renuncié a la amargura / por el acento dulzón,

déle recuerdo al terrón, póngale gracia a la idea,

que a palo que no florea, no le baja el cigarrón.

Adilia

Ya ese refrán que modula / lleva lo suyo diciendo,

no siga ron ofreciendo / que se te seca la mula;

si por el trago me adula Loyola/ primero pague la cuenta,

guarapo no alimenta / ni da vigor el tarare,

por mucho que me dispare concha de pan no revienta.

Loyola

Pero revienta la espuma Adilia/ recién caido el ordeño,

usté me coge con sueño si el caracol echa pluma,

ni el mapurite perfuma ni me desvela el mosquito,

ni con chaparro marchito, usté me prende el fogón

que el que nace barrigón, ni que lo fajen chiquito.

   

(Hasta aquí llega el sonido, pero los siguientes versos

forman parte integral de la canción)

Adilia

Pero chiquitos son machos / los que conmigo nacieron

y entre cantores me vieron, ganar a punta de cachos;

sé tremolar los capachos / sobre la voz que no ruega,

si no se apura no llega / y si nació en Parapara

no arrime tanto la cara que el paludismo se pega.

Loyola

No empiece a descomponerse / ni con mi pueblo se atreva

yo por salir de la cueva / y usté queriendo meterse;

si es cantador no converse / porque se va la armonía,

cuide a su negra María / cuando se caiga el alambre,

porque zamuro con hambre, come de noche y de día.

Adilia

Eso un hambriento decía / dándose golpes de pecho

ni el bizco mira derecho / ni el pataruco es de cría

me gusta hacer la porfia / de frente y con altivéz,

y si contesta al revés / o ya conoce este cacho

no olvide que perro macho se capa una sola vez.

Loyola

Solo una vez compañero / le ví la frente desnuda

y arriero cuando saluda / debe quitarse el sombrero.

No pise sobre el conchero / porque de bruces caerá,

sople el tizón mas acá para que el rostro le vea;

me gusta cuando ventea , porque la plaga se va.

Adilia

Se va también el corrío / a flor del alma llanera

yo canto como yo quiera / para que escuchen lo mío;

si quiere ver lo sombrío / quédese al pié de la mata,

pero si usté la maltrata / con su refugio no cuente

ni que se ponga caliente como cachimbo de lata.

Loyola

Por la culata caliente / se le fue el tiro, compadre,

ni que de frente se cuadre, podrá pegarme en la frente;

no esté pelándome el diente / que su sonrisa es amarga

como chaparro se alarga / quien este dicho merece:

mamón si es macho florece y aroma pero no carga.

Adilia

No cargue perfume caro / no morocota en pañuelo

ni tire pájaro en vuelo / que se malogra el disparo.

Si como aljibe soy claro / de las estrellas no medro,

soy como el aire del cedro / que altivo canta y se va,

pues a quien Dios se la da se la bendice San Pedro.

Loyola

Se la bendice San Pablo / que es de la misma colmena;

no hay cantadores con pena / si a puro verso les hablo.

cuando canté con el diablo / lo vi parado en el viento;

después quedó sin aliento, / y a flor de rudos ahincos

se fue pegando mas brincos, que parapara en cemento.

Adilia

Con parapara se goza / porque tirándola baila

habiendo miel en la paila / la avispa siempre retoza

Por el quemao en la roza / cruza mi voz a caballo,

y como nunca me callo / ni alcaraván me resiste,

porque se queda mas triste que gallinero sin gallo.

Loyola

No tire el gallo tan franco / porque conmigo lo pierde;

usté es retoño sin verde / y apero sin arristranco

Yo no cosecho en barranco / ni bebo ron en pocillo;

y no me pida amarillo / si ya le di el colorado,

que a caballo regalado, no se le mira el colmillo.

Adilia

!Cómo le miro el empeño / que pone en verse conmigo!

yo a nadie perro le digo / pero el tramojo le enseño

Si frunce grávido el ceño / se le endurece la cara;

nunca la miel se prepara / con papelón de regalo

pues dicen que todo palo no sirve para cuchara.

Loyola

Cuchara es malo, catire / decirlo en este recinto

no me converse distinto / ni con mampuesto me tire.

No tosa cuando suspire, / que mucho polvo levanta;

aclare bien la garganta / para que nadie peligre,

después de matar al tigre, usté del cuero se espanta.

Adilia

Tan solo espanto la llama / sin apagar el reflejo

el diablo sabe por viejo, picada buena se inflama

el que no llora no mama,

y el tigre como apurado, / por relacino el pescado

dicen que nunca se ahoga, pero entre vivos la soga

revienta por lo delgado.

Loyola

Revienta por lo mas fino, / como la flor en el tallo

¡Echele pierna al caballo / cuando le sobre camino!;

a mí me importa un comino / lo que su fama pregona,

con tallarin no sazona / su caldo de agua salada,

porque conmigo la criada ya le salió respondona.

Adilia

Me gusta que me responda / cuando mi punta lo hiere,

tire la piedra si quiere, / pero la mano no esconda

Con esa voz tan redonda / usté a ninguno distrae;

y ya que el verso decae / no esté ofreciendo disculpa,

que del payaso no es culpa si el maromero se cae.

Loyola

Cae la guayaba madura / pero la verde se aguanta,

sapo sin agua no canta, amor con hambre no dura.

No ponga tanta amargura / cuando mi copla recuerde;

la palma estira su verde / para que el viento lo afine,

pero por mas que se empine, perro que ladra no muerde.

Adilia

De tanto perro que saca / ya su ladrido me asorda,

perro lamiendo no engorda / ni que se vista la vaca

Su piel de gallina flaca / parece un cuero prestado,

y no descubra el costado / porque le miran el hierro,

si perro no come perro, seguro mató a confiado.

Loyola

Confiado es andar a pié / sin capotera y con prisa

Cuando zoquete va a misa / saluda a todo el que ve;

será por eso que a usté / ya no le queda saliva

Dígame adios y no escriba, / regrese con quien lo trajo

pues va a pasar mas trabajo que morrocoy boca arriba.



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Un comentario

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