| Transportar: |
|
|
INTRO:
Estero de buena vista te veo lo mismo que ayer
por este sendero viejo del Cubarro a Lechemiel,
ando trochando recuerdos que me laten en la sien
buscando por este llano retoños de mi laurel.
En las aguas del Rosario, puse el caballo a beber
ahí mire hacia los trompillos y el manirital aquel
que en los rebalses de Agosto, su fruto noble y sabroso
me sirvió para comer cuando desmatonaba espinos
junto a mi hermano Manuel.
Hoy que te veo solitario, siento deseos de correr
por este plan de sabana como corría en mi corcel
un rucio garza morena, caballo de raza buena
mas nunca lo volví a ver, me dijeron que había muerto
cuando pregunté por él.
INTERLUDIO:
Hablado:
"Llano inmenso! Llano... de mi poesía y mi vida,
que mi canto y mi alma se queden enredados por siempre
en las venas de palma, que impregnen los caminos
y peinen tus pajonales como la brisa en el verano."
Vecindario, vecindario mi querido Lechemiel,
yo nunca olvido esos bailes que ponían donde Miguel,
donde Silvino y Emilio, riñas de gallos también
enamorao y cantando me bebía el amanecer.
Escucho truenos lejanos, que se van en un tropel,
llegaron las babas de agua porque dejó de llover,
se fueron los vendavales y hasta los capo lunales
comienzan a decaer puro barro y terronales
por mi llanura se ven.
Con lo recio del verano, la vaca vieja Merey,
murió atollada en un pozo cerquita del terraplén
ya se me enflacó el caballo,
tengo la esperanza en Mayo que venga a reverdecer
para que no se me sequen los retoños del laurel.