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INTRO:
El verde de sabana en Mayo de tu radiante mirada me tienen en un suplicio,
dos preciosas esmeraldas, que adornan dos orificios
en un rostro bien tallado por un rey en el oficio.(Bis)
Escultor número uno, bendito Dios que te creó sin desperdicio,
por tu amor como ninguno, mujer bonita, yo podría perder el juicio.
Yo se que eres citadina, llanero es mi gentilicio,
pero sí creo merecerme por lo menos un indicio
de que si toco a tu puerta no me quedaré en el quicio
mis ilusiones contigo parecen un edificio, Dios quiera y no se derrumbe
después de mil sacrificios.(Bis)
INTERLUDIO:
Además de tu mirada, como me gusta tu cabello rubio y liso,
tu piel de seda y tu cuerpo, me están jamaqueando el piso
si quieres, dime que no pa' que veas como agonizo.(Bis)
Por ti voy al fin del mundo y hasta una estrella te la bajo si es preciso,
mi amor es grande y profundo, y eres la diosa con la que yo simpatizo.
Cuanto he soñado contigo, viviendo en un paraíso
solos como Adán y Eva, lejos de otros compromisos que no sea darnos cariño
y Dios que me dé el permiso de saborear en tus labios el almibar de tu hechizo
que tiene un gusto agradable como de galápago en guiso.(Bis)