Mi testamento

Cuando mi nombre se borre de la memoria del pueblo y se internen
en el olvido, sera el viento que me nombre entre las ramas del cedro
en los palmares floridos. Cuando se apague mi voz de los parrandos llaneros y aparatos de sonidos, ya eso lo decide Dios que sean o no pasajeros los ramalazos que escribo. Lo importante es lo feliz, que en esta llanura he sido entre parrandas y amores, entre alegrías
y dolores pero nunca resentido, sin fallarle a mis labores, palante y agradecido. Mi canto le da el matiz, a todo lo que he vivido, y hay que ver y comprender lo que hasta hoy desde el ayer, he ganado y he perdido lo que aún falta recorrer, lo dado y lo recibido.