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INTRO:
Señora que bien se ve, perdone el atrevimiento pero tenia que decirle
que usted a pesar del tiempo sigue siendo la señora que ablanda mis sentimientos.
Que diera yo por tener de usted el consentimiento,
el cundeamor de su boca el rigor de su aposento pero usted
aun es ajena y eso es lo que más lamento.
ESTRIBILLO:
Por prudencia y respeto debo confesarle me declaro cobarde
y esa es la razón por la que aún amándola, reprimo mis impulsos
sabrá Dios hasta cuándo soporto este dolor, y no la olvidaré,
que no la olvidaré, jamás la olvidaré aunque se despedace
mi pobre corazón, una mujer me trajo al mundo donde vivo,
si una mujer me mata bendito sea el Señor.
INTERLUDIO:
Señora recuerda usted aquellas bodas de plata cuando la casualidad
o la eventual circunstancia permitió que coincidiéramos a pesar de su arrogancia.
Su esposo nos presentó apenas le di las gracias porque lo que me expresó su mano
cálida y franca me estremeció mi corazón y resecó mi garganta.
ESTRIBILLO:
Por prudencia y respeto debo confesarle me declaro cobarde
y esa es la razón por la que aún amándola, reprimo mis impulsos
sabrá Dios hasta cuándo soporto este dolor, y no la olvidaré,
que no la olvidaré, jamás la olvidaré aunque se despedace
mi pobre corazón, una mujer me trajo al mundo donde vivo,
si una mujer me mata bendito sea el Señor.