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INTRO:
Ahhh...
de mi tierra Portuguesa, vengo trayendo estos versos,
con sabor a tierra llana, a corral y paradero,
olor de mastranto tierno y espinito sabanero,
que nos brinda la sabana como un regalo del cielo,
bate la brisa silente al pajonal sus cabellos,
levantando polvaredas en los caminos sedientos,
la elegancia del palmar, resalta en tu suave estero,
donde potros cimarrones establecen su lindero,
el canto de guacharacas está rompiendo el silencio
de la sabana bravía que se duerme por momentos,
la octu diadema de garzas, la blancura del estero
que adornan mi lindo llano como un lirio sabanero,
el verdor de la llanura cuando está entrando el invierno,
embellece tus mañanas y caminos polvorientos,
los espejos de guacaras que dan forma al estero,
donde se mira la luna rodeada de mil luceros,
una bandada de garzas ocupan el cielo abierto
y los trinos de las aves alegran el llano inmenso.
INTERLUDIO:
Ahhh...
Se despierta la peonada, de mañana muy temprano,
el bramar de la vacada en los potreros del hato,
y en la manga un cafecito apurao se va colando,
para dar sabor al día en el trabajo del llano,
con la copla a flor de labios, la vacada va llamando,
el muchacho ordeñador la sabana está soñando,
por su llano siente amor, cuando calienta sus manos,
en la ubre de la vaca que le da lo más preciado,
el becerro mamantón espera y quieto en un lado,
hasta que le de su madre el alimento deseado,
sale toda la peonada para llevar el ganado,
a que coman las pasturas en los potreros del hato,
lo acompaña al bebedero y la sed va mitigando,
y disfrutan de la sombra que la mata le está dando,
un relincho de caballo se escucha a orillas del caño,
y en la mañana bonita el Sol luz se ha abrillantado,
la incomparable belleza del paisaje soberano,
son estas cosas bonitas las estampas de mi llano.