Sombras nada más
Quisiera abrir lentamente mis venas; mi sangre toda verterla a tus pies, para poderte demostrar que más no puedo amar y entonces, morir después. Y sin embargo tus ojos azules, ¡azul que tienen el cielo y el mar! viven cerrados para mí sin ver que estoy aquí, perdido en mi soledad. ¡Sombras, nada más…